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La transición o el cambio entre diferentes actividades a lo largo de la jornada escolar suele sacar a los alumnos de sus rutinas, llegando a causar a menudo retrasos e interrupciones. El uso de actividades de transición ayuda a reducir la presión que en muchas ocasiones sienten docentes y estudiantes al dejar de hacer una tarea para empezar otra
Sin el planeamiento y la organización apropiados, la transición o el cambio entre diferentes actividades en el salón de clases puede ser todo un reto, especialmente en preescolar y en los grados inferiores de primaria, ya que interrumpen la armonía del aula y a veces crean caos.
Las transiciones suelen sacar a los estudiantes de sus rutinas, lo que a veces causa retrasos o interrupciones. Las transiciones difíciles incluso pueden afectar al programa del día y, a menudo, provocan problemas de disciplina o confusión en los alumnos.
La utilización de actividades de transición facilita a los niños en edad escolar la siguiente actividad y, por tanto, evita interrupciones.
Las transiciones de llegada
Puedes comenzar el día con una actividad de transición para introducir a los estudiantes en el estado de ánimo del aula. Experimenta con distintas actividades de transición de llegada para encontrar la que mejor se adapte a la mezcla de alumnos en tu salón de clases. Considera crear una encuesta cada mañana. Haz un marcador laminado para cada niño, el cual se moverá a la columna que corresponda con su respuesta en la encuesta. Otra opción es escribir un juego de preguntas y respuestas o pregunta desafío en la pizarra para que los estudiantes trabajen a medida que llegan. Hazles escuchar una canción de bienvenida cada día o realiza una rutina de estiramiento a la que los estudiantes puedan unirse una vez que se hayan asentado para el trabajo en la mañana.
Cambio de actividades
Designa actividades de cambio para pasar de una actividad a otra dentro del aula. Utiliza música para definir el periodo de transición; selecciona música con un tempo determinado basada en la rapidez con que deseas que se muevan los alumnos. Anímalos a terminar la actividad anterior y a prepararse para la siguiente antes del final de la canción.
Otra opción es probar con una rutina de palmas y zapateo rítmicos como actividad de transición. Comienza con dicha rutina pidiéndoles que se unan cuando estén listos para la siguiente actividad. La posibilidad de incorporarse a la actividad de aplausos anima a los estudiantes a completar la transición rápidamente. Sustituye la actividad de palmas con un baile o una canción para variar.
La transición a un salón diferente en el colegio en ocasiones causa problemas para los niños en edad escolar. Determina actividades de transición eficaces para que el grupo disminuya el tiempo que le toma formarse y moverse por el pasillo como una clase. Identifica a los alumnos con un color, forma, número u otro símbolo en particular. Organízalos en línea según el símbolo identificativo, pidiéndoles a los grupos que estén listos para la transición. Asigna a los estudiantes una tarea mientras caminan por el pasillo, como la de fingir ser ratones, caminando de puntillas o llevándose una mano sobre la boca para que recuerden estar callados. Si el pasillo lo permite, forma a los estudiantes en dos líneas y hazlos caminar en parejas. La línea resultante será más corta, lo que te permitirá mantener un mejor control sobre todos los alumnos. Otra motivadora actividad de transición es controlar el tiempo de la clase mientras se alinea y traslada a la nueva aula. Compara los tiempos en un gráfico, animando a los alumnos a superar el mejor tiempo actual.
Transiciones de salida
Incorpora actividades de transición al final de la jornada escolar para concluir el día y hacer que los estudiantes salgan a tiempo. Usa una canción determinada para indicarles el comienzo de la rutina de salida. Escribe una lista de tareas en la pizarra que los estudiantes deben completar para salir del salón. Entre las ideas para esta lista se encuentran la limpieza de las mesas, recoger la tarea y empacar las mochilas. Siéntate al frente del aula y cuenta una historia en voz baja. A medida que los estudiantes completen la lista de la pizarra, se unirán para escuchar la historia. Organiza un juego de repaso divertido con los alumnos que hayan completado las tareas. Es posible que los rezagados aceleren el paso para unirse al juego. Pídeles que compartan algo que aprendieron ese día, lo que será su “boleto” para poder alinearse en la puerta.