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Liderazgo docente: la clave para la mejora en la educación.

Docentes
1 Diciembre 2021

La crisis de la pandemia ha puesto de manifiesto el papel fundamental que tiene el liderazgo y la innovación docente, especialmente frente a las adversidades, por lo que resulta necesario potenciarlos, tal y como reclama la Unesco.

Educar personas capaces de transformar la sociedad en una más sostenible, más justa y más equitativa es, según los expertos, uno de los grandes retos de la educación. Y para acompañar a los estudiantes hacia esa futura sociedad sostenible, justa y equitativa hacen falta líderes, docentes que tomen la iniciativa, que tengan capacidad de respuesta y no se limiten a transmitir un conocimiento sin más, sino que sean capaces de acompañar a los alumnos en su propio crecimiento.


La llegada de internet ha transformado el mundo y, por ende, las aulas. La información está disponible en cantidades ingentes al alcance de todos en la red. Si queremos no solo dotar de información a nuestras aulas, sino también de conocimiento, es necesario trabajar desde otro enfoque pedagógico para hacer que nuestros alumnos sean capaces de tratar la información, la comprendan, tengan un pensamiento crítico, analítico y creativo con respecto a esta, desarrollen la competencia comunicativa, puedan trabajar en equipo y en redes de conocimiento…El docente debe acompañar al alumno en este proceso cambiando de rol. En el centro debe colocarse al estudiante, que ha de ser el protagonista de su aprendizaje.


Asistimos, por tanto, a una renovación didáctica en las aulas donde se pone en práctica una metodología activa, que funcionará en la medida en que el profesor esté formado y ejerza un liderazgo positivo.


¿Y qué cualidades debe tener o adquirir un docente para ejercer bien su oficio con liderazgo?

Los especialistas en educación y pedagogía apuntan, en primer lugar, la vocación docente, que se tiene cuando quieres a los alumnos y quieres su bien, cuando la pasión del profesor es la de aprender permanentemente por y para los estudiantes.


Lo segundo que destacan es que debe tener inteligencia intra e inter personal. Intrapersonal para tomar conciencia de sus puntos débiles y carencias, con el fin de desarrollar curiosidad de cómo paliarlas; en definitiva, saber gestionar las propias emociones. E inteligencia interpersonal para desarrollar habilidades comunicativas no solo con los alumnos, sino con los compañeros, con el fin de trabajar en equipo, proporcionar y recibir un feedback ajustado por parte de los estudiantes y los profesores.


En tercer lugar, tener expectativas. Cada alumno merece tu implicación, tu acompañamiento. Es no al “puede pero no quiere” y sí al “quiere pero no puede”. Nuestra obligación como docentes es saber por qué un estudiante no puede desde el punto de vista emocional y pedagógico. Por ello es tan importante que el profesor se forme permanentemente y lleve consigo una mochila de conocimientos y estrategias que transformen al alumno.


En cuarto lugar, los expertos destacan la autoridad, que no es autoritarismo. La autoridad se logra siendo justo, humilde, amable, respetuoso con el alumno, eficiente, efectivo y eficaz.


La última sería el liderazgo positivo, entendido como la capacidad de arrastrar a un colectivo hacia un fin concreto compartido por todos los individuos de dicho colectivo, en este caso los alumnos. 


El liderazgo docente, ya sea en un contexto informal o formal, es un componente central de la innovación, la eficacia, la eficiencia, la inclusión y la calidad educativa, asegura la Unesco. El organismo internacional ofrece algunas claves para practicar el liderazgo docente en el día a día:


Liderazgo en el aula. Este nivel de liderazgo, que aplica tanto a la educación presencial como virtual y contempla la interacción de los docentes con el alumnado, consiste en que el profesorado tome decisiones sobre los métodos de enseñanza y los enfoques pedagógicos, así como en las herramientas tecnológicas que usará para enseñar a sus estudiantes. Ejercer el liderazgo en el aula significa que el profesorado no debe limitarse a cumplir con las estrictas definiciones de sus funciones docentes, sino dirigir el proceso de enseñanza y aprendizaje hacia metodologías innovadoras y tomar decisiones de impacto.


Liderazgo en el centro. El liderazgo de los docentes en el colegio implica que aborden responsabilidades suplementarias a la docencia, desde la ejecución de tareas de gestión hasta participación en comités de mejora de la función educativa. También supone identificar y seleccionar en equipo plataformas de aprendizaje virtual, programas informáticos y materiales de enseñanza-aprendizaje, así como articular e implementar planes de preparación de enseñanza a distancia que faciliten la continuidad de la educación en tiempos de crisis.


Liderazgo en la comunidad. Trabajar en red con profesorado de otros centros educativos para la mejora de la educación, así como procurar que haya coherencia entre el plan de estudios y las necesidades de la sociedad, son otras acciones que demuestran el liderazgo docente, según la Unesco.

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