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Del 6 al 19 de julio y 20 de julio al 2 de agosto, podrán explorar nuevas culturas y hacer amigos internacionales.
Un gesto, un comentario en un determinado momento, incluso una mirada pueden ser suficientes para poner a prueba las relaciones y la capacidad de convivencia dentro del aula. Una buena convivencia exige el respeto mutuo y la aceptación de unas normas comunes. La aceptación de otras opiniones y estilos de vida, y la resolución por medios no violentos de las tensiones y disputas son solo algunos de los aspectos trascendentales para un buen ambiente escolar que destacan los expertos en educación. Conoce otras pautas para lograrlo.
Generar un buen ambiente escolar en las aulas de clase debe ser una de las principales preocupaciones de las instituciones educativas, pues es de vital importancia para el aprendizaje de los estudiantes. Los docentes son los encargados de que la convivencia en las clases sea efectiva y esté llena de valores que fortalezcan de manera positiva el carácter de los alumnos. Un aula en donde reine un buen ambiente escolar siempre será el mejor lugar para aprender y sus estudiantes, la prueba del mejor resultado.
Pero, ¿cómo puede lograr el docente una buena convivencia en el aula? ¿Cómo reaccionar ante la falta de respeto o alumnos que contestan de manera desafiante, que no quieren trabajar durante las clases? ¿Qué estrategias se deben utilizar?
“Es importante que dentro del aula de clase existan algunas normas o acuerdos de convivencia que ayuden al docente a manejar cualquier situación que se pueda presentar”. Para la psicóloga Alejandra Castro, “esta es una de las herramientas más relevantes y utilizadas; con su ayuda, el salón puede permanecer en plena paz, armonía y tranquilidad”.
Los especialistas recomiendan que cada docente idee sus normas o acuerdos de convivencia en el aula en conjunto con sus estudiantes. “Con estos parámetros acordados en colectivo se respetan no solo los intereses del docente, sino también de los alumnos”, señala Castro.
En los acuerdos de convivencia del aula, según expertos especialistas en educación, siempre es bueno empezar por cosas sencillas. Por ejemplo, actividades y hábitos mutuamente acordados y fomentados en valores universales como los que se describen a continuación.
1. Pedir permiso para hablar.
Más que una norma de convivencia esta sería una regla de comunicación. Siempre es bueno fomentar el respeto a la palabra del compañero y a sus ideas.
Un estudio del International Journal of Developmental and Educational Psychology asegura que el derecho a escuchar y ser escuchado sienta las bases de los valores de igualdad y tolerancia que deben fomentarse en las aulas
2. Orden y limpieza del aula. Es importante mantener el aula de clase ordenada y limpia.
Además, los estudiantes deben dejarla diariamente mejor que como se encontró.
Es fundamental que los niños adopten sentido de pertenencia por el espacio en donde desarrollan sus capacidades académicas y sociales. Por tal motivo, los profesores deben fomentar límites sobre el daño a la propiedad ajena y educar sobre las consecuencias de los mismos.
3. Ser obedientes.
Esto aplica tanto en lo académico como en el comportamiento. Los estudiantes deben entender que están ahí para aprender y que deben esforzarse por ello. Por lo tanto, deben ayudar a sus docentes en las actividades.
Además, es bueno involucrar a los alumnos en las actividades que se planifican. De esta manera, ellos se sienten valiosos en el proceso educativo.
Por otro lado, los estudiantes deben enriquecer su lenguaje de forma correcta, trabajando un tono y volumen de voz adecuado. Asimismo, los términos despectivos y las malas palabras deben dejarse de lado en el aula.
4. Aceptar y aprender de los errores.
Es difícil, tanto para el docente como para el alumno, pero es muy importante que ambos reconozcan cuando se equivocan y traten de solucionar los problemas de la mejor manera posible.
“Aceptar los errores crea conciencia de la sinceridad y forja un carácter humanista en los más pequeños. Por tal motivo, los docentes deben fungir de ejemplo y fomentar este valor en cada actividad”, destaca Alejandra Castro.
5. El respeto ante todo.
Hay que fomentar el respeto hacia todo aquel que hace vida en la institución educativa; también por lo material, es decir, las pertenencias de los compañeros.
6. Prohibido el bullying.
El respeto hacia la persona es fundamental en el aula de clases. En este sentido, evitar el bullying y los malos comentarios hacia los demás es una tarea esencial. Por tal motivo, los docentes deben instruir a los niños en la denuncia temprana de conductas de acoso que puedan influir en su desarrollo físico y psicológico.
7. Zona libre de violencia.
Trabajar en sana paz y tranquilidad es la idea de una buena aula de clase. Eliminar los juegos que atraigan la violencia es crucial. Además, los niños deben conocer las posibles infracciones en caso de cometer alguna agresión contra sus compañeros.
8. Considerar al prójimo.
Los chicos y las chicas deben ayudar a sus compañeros por igual, teniéndolos la mano y apoyándolos cuando más lo necesiten. “Esa es la clave de la amistad verdadera”, sostienen los expertos y agregan que “el trabajo grupo grupal promueve la cohesión de los compañeros, la comunicación y la integración social”.
9. Constancia y disciplina.
Son hábitos internos que facilitan el cumplimiento de las obligaciones y promueven la construcción del bien común. Por tal motivo, los estudiantes deben compenetrarse con el ambiente educativo y los docentes deben ser guías en la promoción de la responsabilidad.
En este sentido, es vital que los alumnos sean puntuales en los horarios de clase y cumplan con las tareas y objetivos académicos diarios. De igual forma, tienen que ser motivados para alcanzar su máximo desarrollo en un ambiente tranquilo y equilibrado.
10. Participación.
Planificar actividades fuera y dentro del aula en las que el alumno se sienta atraído a participar es positivo. De esta manera, se ponen en práctica todas las normas o acuerdos que tiene el aula.
Los profesores deben motivar a sus estudiantes con diferentes estrategias para que su aula tenga un ambiente apropiado. Se pueden utilizar juegos, canciones, debates y talleres que fomenten los valores universales y la buena convivencia.
11. Uso de dispositivos electrónicos.
Se deben aceptar y acatar, así como cumplir con los reglamentos y normas sobre el uso de celulares, así como de otros equipos electrónicos como iPad en las aulas.
Educar para una convivencia afectiva suele ser un trabajo duro y en equipo. El docente como motivador y los estudiantes como receptores logran que el aula de clases se convierta en el refugio que tanto desean.
No obstante, tras superar la educación primaria, los ciclos de secundaria y bachillerato suponen para los alumnos un paso importante y un desafío a todos los niveles. Más allá del mundo académico, se adentran en un periodo emocional complejo como es la preadolescencia. Esto puede provocar conflictos de desafío al profesor.
Las aulas no son como hace 20 años, donde el docente dirigía con mano de hierro la clase sin que se cuestionara su autoridad. Ahora el profesor intenta aplicar una educación más asertiva, pero hay ocasiones en las que los alumnos muestran rasgos de cierta rebelión frente a la autoridad de los profesores.
Para el psicólogo Ángel Peralbo, autor de libros como El adolescente indomable, “hay una menor curiosidad y una menor atención incluso en los alumnos que no tienen problemas académicos”, además de una “mayor agresividad y discusión en las aulas”.
Añade que es importante un trabajo de “prevención y anticipación positiva, sin acudir al miedo”. Señala la importancia del trabajo coordinado entre docentes y padres de familia, y que debe ser previo, en primaria. Además, afirma que esas primeras etapas son muy positivas para trabajar con el tutor y desarrollar los valores emocionales de los alumnos. También reconoce que esos valores no deben ser descuidados con el tiempo frente a lo académico.