En estos tiempos, una gran cantidad de niños de corta edad pueden desbloquear un teléfono celular y cargar su video favorito en YouTube en segundos, mientras sus pequeños dedos se desplazan por la pantalla con gran facilidad. Sin embargo, los estudiantes no nacen siendo expertos en tecnología. La responsabilidad digital, esto es, el uso apropiado y responsable de la tecnología, es algo que debe enseñarse al igual que otras habilidades importantes para la vida

Muy probablemente, la mayoría de tus alumnos son usuarios de dispositivos vinculados de uno u otro modo con las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC). Teléfonos, tabletas y computadoras son solo algunos de los artilugios que les permiten conectarse entre ellos, recabar información disponible en internet o incluso generar parte de esa información como generadores de contenidos. Pero sus conocimientos tecnológicos, que muchas veces son superiores a los de sus mayores, no siempre van acompañados de una toma de conciencia sobre las consecuencias de un uso poco o nada responsable de las TIC.

Para Jacqueline Escobedo, profesora de quinto grado de primaria, “aprender sobre responsabilidad digital les enseña a los alumnos a tomar decisiones más inteligentes al usar un dispositivo o al iniciar sesión en internet”. 

La definición de responsabilidad digital ha evolucionado en el transcurso de los años para convertirse en algo más que solo una cuestión de seguridad en línea. Se trata de algo más amplio. Las lecciones sobre responsabilidad digital incluyen temas como el equilibrio y el bienestar de los medios, la privacidad y la seguridad, las huellas e identidad digitales, las relaciones y la comunicación, el acoso cibernético, el drama digital y el discurso del odio, y la comprensión de noticias y medios. Las lecciones y los temas varían según la edad del grupo.

Lo cotidiano del uso de las tecnologías ha convertido a las generaciones actuales en nativos digitales, que no siempre son conscientes de los riesgos que se corren cada vez que nos exponemos en la red, tanto dentro como, sobre todo, fuera del colegio; y muchas veces esto sucede a espaldas de los adultos que tienen alumnos a su cargo, que quedan ajenos por tanto a toda supervisión.

Esto implica que tus alumnos se encuentran a menudo solos ante actitudes que distan mucho de las bondades que, también y por supuesto, ofrecen las TIC como herramienta informativa, comunicacional y formativa. Es el caso de las vulneraciones de la privacidad de los usuarios, de los ciberataques, capaces de colapsar las instituciones educativas conectadas a la red, o de casos más preocupantes, si cabe, de acoso a través de la red. Situaciones que pueden prevenirse gracias a la introducción de buenas prácticas digitales en el aula y una formación en ciberseguridad.