Vivimos tiempos de crisis. La pandemia ocasionada por el covid 19 ha tocado cada una de las esferas de nuestra vida como sociedad, desde nuestra capacidad para atender las emergencias de salud, hasta la forma en la que estábamos acostumbrados a relacionarnos unos con otros.

El mundo que tenemos hoy día nos ofrece retos y oportunidades impensables hace apenas unos meses. El campo de la educación no se ha eximido de esta influencia y todos hemos debido hacer frente a esta nueva realidad con las mejores herramientas que tenemos.

Como líder educativo, quisiera compartir contigo cuatro ideas para enfrentar con éxito la pandemia y la post-pandemia.

La primera es hacer hincapié en que la escuela debe seguir. Por ahí decían que el edificio está cerrado pero la escuela está abierta. En esta coyuntura debemos velar por la continuidad de nuestros niños en el sistema educativo. Todos sabemos que los niños necesitan la conexión, la rutina y los aprendizajes de vida que se adquieren en el día a día del contexto escolar. Esto no significa que las clases sean iguales, sino que debemos reinventarnos para poder continuar. Que este no sea un año perdido sino un año ganado de aprendizajes para la vida.

El segundo punto que quiero compartir contigo es que para poder seguir las clases, el vínculo hogar escuela es primordial. Nuestros niños y jóvenes necesitan mantener la conexión emocional con sus maestros y con su colegio. Esta relación no es un efecto colateral de las clases, sino que es lo que hace posible que sus niños aprendan. Uno aprende de las personas que quiere con mucha más facilidad que de las otras personas. Por eso es importante que los niños puedan tener algún espacio en la semana en donde puedan interactuar con sus maestros y que ellos puedan reconectar con sus alumnos. Esta es parte clave para que el papá también conecte con la escuela y vea el valor de mantener a sus hijos en las aulas.

Ese es el punto número tres. En este momento más que nunca es importante que trabajemos con los padres de familia para que aborden el barco con nosotros. Para eso la información con el padre es clave y debemos tomar en cuenta lo siguiente:

1. Contar con un canal de comunicación único y eficiente a través del cual los padres reciban toda la información oficial

2. Tener un calendario de trabajo que sea claro para los padres de familia, quienes no necesariamente tienen mucho tiempo para dedicar al estudio de cada hijo.

3. Facilitar a los padres los recursos, los accesos o el material a utilizar en las clases de forma que les sea sencillo organizarse. Puede ser en forma de imágenes o capturas de pantalla, o bien una fotografía con el trabajo de cada día para ayudarles.

4. Mantener la comunicación fluida con el padre para que nos de retroalimentación sobre el progreso del niño y sobre cómo se sienten con la modalidad de trabajo. También es útil enviar encuestas cortas y con espacio para comentarios abiertos. Es importante tomarle el pulso al trabajo que estamos haciendo para hacer ajustes sobre la marcha.

   
   

El último punto es justamente la importancia de adaptarnos. No podemos pretender que las clases a distancia sean iguales que las clases presenciales. No se trata de agotar a los niños teniéndolos pegados a la pantalla de 8 a tres de la tarde. Mostremos flexibilidad en los tiempos de las clases, en el tamaño de los grupos que atendemos, en las formas de evaluar a los estudiantes. Para eso, debemos escuchar a los profesores, a los estudiantes y a los padres de familia, de forma que podamos ir haciendo frente a las necesidades de toda nuestra comunidad educativa.

La crisis nos trae una oportunidad valiosa para crecer y reinventarnos.