Aunque la Inteligencia Artificial pueda parecer una tecnología propia del futuro, lo cierto es que ya se está empleando con éxito en distintos ámbitos, incluido el educativo. Y para disfrutar de ella no son necesarios complejos sistemas ni robots: basta una computadora y un programa informático.
Hace ya dos años que la Unesco apuntó el impacto que el desarrollo de la Inteligencia Artificial (IA) tendría en la educación a nivel global. Entonces dio por sentado que entraría en las aulas sí o sí y advirtió de que más valía ir enterándose de lo que es para que su desarrollo e implementación sean “inclusivos” y “éticos”. Aquello fue en los inicios de la pandemia y había “más preguntas que respuestas”.
Dos años después, con el mundo entero preguntándose por el futuro de la educación, la Unesco ha lanzado su Guía sobre Inteligencia Artificial y Educación para responsables de políticas educativas, un informe que señala, entre otras cuestiones:
Los sistemas de aprendizaje y de formación del futuro deben preparar a todo el mundo con competencias sobre IA: las personas deben conocer cómo la IA recoge y usa los datos de las personas, y cómo se asegura la seguridad y la protección de sus datos personales.
Más allá de la mejora del aprendizaje para cada estudiante y de la mejora del trabajo docente y la gestión educativa, preparar a los estudiantes y a todos los ciudadanos para vivir y trabajar de manera segura y efectiva con la IA es un desafío compartido por todos a nivel global.
Existe una relación entre el riesgo y el beneficio en el desarrollo y la aplicación de la IA en educación que ha de afrontarse con pensamiento crítico y una perspectiva humanista para descubrir los riesgos potenciales de la IA y minimizarlos.
El uso creciente de nuevas tecnologías de IA en educación solo beneficiará a la humanidad si su diseño mejora los enfoques centrados en el ser humano de la pedagogía y respeta estándares y normas éticas.
Simplificando su complejidad, la Inteligencia Artificial se refiere al uso de máquinas o sistemas informáticos para completar ciertas tareas que, normalmente, haría un humano. La idea es programar una computadora para que sea capaz de aprender y repetir acciones automáticamente.
Su aplicación en la educación se basa, hasta el momento, en la gestión computerizada de datos masivos mediante sistemas de Machine-learning con un fin. Ese learning no es un aprendizaje como el de los humanos. Depende de los humanos: de los datos que se metan y del algoritmo que se haya diseñado para etiquetar, clasificar y cruzar esos datos. Por ejemplo, la máquina puede identificar todas las fotos de gatos que hay en una base de datos de animales sin saber qué es un gato.
Así, la IA es un complemento para la interacción humana y no un sustituto; habilidades como la creatividad, la intuición, la adaptabilidad y la innovación siguen siendo indispensables para el éxito.
Las aplicaciones de la Inteligencia Artificial en el día a día son incontables. En las estrategias de marketing es muy normal encontrarla: plataformas de streaming como Netflix o Amazon Prime nos muestran recomendaciones de series y películas con base en patrones de referencia. La banca también ha adoptado sistemas de IA para ofrecernos una mejor atención y protegernos de fraudes. Se aplica en sectores como la agricultura, permitiendo reducir costos y conseguir mejores cosechas, o en la salud, ayudando a los médicos a tomar mejores decisiones. También ocurre en el entorno del hogar, donde la interacción de la voz supone un elemento fundamental para realizar tareas cotidianas.
La IA en la educación ayuda tanto a educadores como estudiantes, generando así una simbiosis digital cuyos beneficios se traducen en una experiencia más personalizada, entretenida y optimizada.
Y aunque algunos pueden considerar la Inteligencia Artificial una tecnología propia del futuro, lo cierto es que ya se está empleando con éxito en el ámbito educativo. Además, para disfrutar de ella no son necesarios complejos sistemas ni robots: basta con una computadora y un programa informático.
Entre las aplicaciones que ya le están dando a la IA en centros educativos de todos los niveles para aprovechar sus amplios beneficios en el proceso de enseñanza-aprendizaje cabe señalar: