5 octubre 2021

Las instituciones educativas se enfrentan cada vez más al problema de ciberataques, a raíz de la transformación digital y la necesidad de tener que adaptarse a las circunstancias que trajo consigo la educación virtual. Multitud de colegios y estudiantes pasaron a estar expuestos de lleno ante los ciberdelincuentes, siendo el robo de credenciales e información los principales objetivos de estos ataques.

Uno de los ejemplos más claros fue el ataque sufrido por el Departamento de Educación de Nueva Gales del Sur (Australia), que provocó el cierre de muchas de sus plataformas online pocos días antes de comenzar el nuevo curso escolar.

En el caso de América Latina, la revista especializada “Cybersecurity Ventures” señalaba recientemente que el 67% de la entidades de educación habría sido víctima de un ataque cibernético, a pesar de lo cual, solo el 44% asegura contar con protecciones básicas como antivirus. 

Colombia, México y Brasil son los países de Latinoamérica que más ciberataques han tenido, viéndose obligados a hacer frente a un panorama de amenazas cada vez más activo y complejo. 

Hoy las entidades educativas se encuentran inmersas en una batalla de ciberseguridad sin precedentes, derivada de que no estaban preparadas para enfrentar una situación atípica como la pandemia, que obligó a adoptar de un día para otro la educación a distancia y no contaban con un plan de inversión a corto o mediano plazo para adquirir tecnologías que les ayudasen a resguardar su información, además de volverlas más competitivas en el trabajo a distancia de profesores y personal administrativo.En cuanto a los alumnos, pocas instituciones educativas habían valorado contar con aplicaciones de protección del servicio educativo a distancia.

Ante esta nueva realidad de multitud de ataques al sector de la educación, los centros educativos deben incrementar las prácticas de protección para evitar que los ciberdelincuentes sigan teniendo éxito en sus cometidos. Es importante también entender que a mayor automatización de procesos, mayores son los riesgos y que una organización puede colapsar si no está preparada.

Protección a la comunidad educativa

Entre las medidas que los expertos recomiendan para proteger a los centros educativos de los ciberataques y ofrecer una experiencia educativa online más segura caben destacar:

• Asegurarse de que las computadoras portátiles y otros dispositivos estén protegidos por un antivirus que evite que descarguen accidentalmente cualquier tipo de malware o software malicioso.

• Establecer cortafuegos y gateways de acceso a internet para proteger las redes escolares de los ciberataques, los accesos no autorizados y los contenidos maliciosos.

• Los colegios deben asegurarse de que examinan a fondo a todos los proveedores de plataformas de terceros que utilizan.

• Los centros educativos deben monitorizar todos sus sistemas continuamente y analizarlos para detectar actividades inusuales que puedan indicar un ciberataque.

• Asegurarse de que los miembros del personal entiendan los riesgos, organizar algunas clases sobre ciberseguridad para que los estudiantes estén al tanto de las últimas amenazas.

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