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Los beneficios que aporta el Internet de las Cosas en la educación son tan numerosos que cada vez más centros educativos apuestan por la implementación de esta tecnología en sus aulas, para poder adaptarse a los nuevos requerimientos de los alumnos y ofrecer una educación de calidad
El IoT (proviene del inglés Internet of Things, es decir, Internet de las Cosas) se puede resumir como dispositivos y objetos conectados a una red, bien sea internet o privada, para interaccionar información. En otras palabras, se refiere a la interconexión de los objetos cotidianos con la red o entre ellos. El término fue acuñado en el Instituto de Tecnología de Massachusetts (MTV) en 1999 por Kevin Ashton, con lo que se conoce como el primer dispositivo IoT, una máquina dispensadora de Coca-Cola que informaba de su inventario y temperatura.
Hace años que venimos oyendo hablar del Internet de las Cosas como algo que cambiaría nuestro día a día de forma significativa. Ahora, sin embargo, su integración toma impulso en casi todos nuestros gestos diarios, ya sea para hacer un pago en una tienda o pedir una cita en el centro de salud. La conexión a internet de las numerosas herramientas y dispositivos que utilizamos a diario (desde el celular a la TV, el coche o incluso el refrigerador) ha revolucionado cómo utilizamos dichos objetos.
El IoT está creciendo muy rápido, aportando valor a todas aquellas industrias que deciden aplicarlo y, por ello, cada vez son más los centros educativos que apuestan por su uso, aunque sea de manera gradual. Más allá del correo electrónico, las tabletas o el moodle, el Internet de las Cosas posibilita a las instituciones escolares implementar un control y una monitorización sin precedentes de los recursos disponibles, y a los docentes, un seguimiento más riguroso del desempeño y asiduidad del alumnado.
Los beneficios de la integración de este tipo de tecnología en el entorno educativo son múltiples y están revolucionando la dinámica en el aula. Ahorran tiempo, agilizan tareas y permiten una gestión mucho más eficiente y conveniente para directivos, profesores y alumnos.
En definitiva, el IoT aporta valor a todos los grupos implicados en el ámbito de la enseñanza, ofreciendo una serie de ventajas:
Fomenta las capacidades de los alumnos
La aplicación del IoT en el aula tiene la capacidad de influir en los resultados logrados por los alumnos. Esta tecnología mejora la implicación de los estudiantes, refuerza su motivación, permite el desarrollo de su autonomía y ofrece una mejor asimilación de los conceptos.
De este modo, el Internet de las Cosas mejora las capacidades y las habilidades alcanzadas por los alumnos durante su proceso educativo, obteniendo un mayor conocimiento de diversos campos y una mayor preparación de cara al mundo laboral.
Facilita la labor del profesorado
Las nuevas tecnologías, como es el caso del IoT, también facilitan la realización de las tareas de los docentes. Mediante la dotación de novedosos softwares y otros instrumentos, los profesores pueden automatizar o realizar de forma más eficiente un mayor número de actividades.
Por otro lado, el Internet de las Cosas también permite a los profesores impartir clases con una mayor calidad, haciendo uso de diferentes recursos que potencien y faciliten la explicación de los contenidos formativos. Así, la combinación de los conocimientos del profesorado con soluciones del IoT mejorará la experiencia en el aula, beneficiando tanto a alumnos como a docentes.
Mejora la seguridad en los centros educativos
Otra de las ventajas del Internet de las Cosas en la educación consiste en la mayor seguridad que obtiene el centro. La seguridad tanto física como digital de los recintos educativos es realmente importante y el IoT puede mejorar este factor clave.
Con el IoT se puede realizar una mayor vigilancia de las instalaciones y del personal que accede a las mismas, al igual que se puede proteger la red interna de la institución educativa donde se guarda toda la información de los alumnos, los profesores y el centro en sí mismo.
Optimiza la gestión de los centros educativos
El IoT también ofrece beneficios en la gestión del centro educativo. Dicha tecnología recoge un gran número de datos y valiosa información que ayudará a la dirección a tomar mejores decisiones, enriquecer rendimientos o ahorrar costos, por ejemplo, conectando la iluminación o los sistemas de calefacción y refrigeración al Internet de las Cosas, y teniendo un control de horarios, aulas vacías y apagados programados..
Además de obtener mejores resultados de negocio y optimizar el rendimiento de la institución escolar, el Internet de las Cosas permite tener mayores oportunidades para conseguir la fidelización de los estudiantes y mejorar la productividad de los profesores, beneficiando el desarrollo del centro educativo.
¿Conoces otros beneficios que aporta el IoT en el sector educativo? Déjanoslos en comentarios, estamos deseando leerte.
