La revolución digital y la irrupción en el mercado de los nuevos dispositivos electrónicos han favorecido el desarrollo de los libros de texto electrónicos, tabletas y otras herramientas (portátiles, convertibles, etc.) que, para algunos, están llamados a ser los sucesores de los libros impresos, utilizados tradicionalmente en los centros escolares como principales soportes para la educación y aprendizaje de los alumnos. Pero, ¿se eliminarán definitivamente los libros de texto por tabletas digitales?
Desde hace tiempo, el debate sobre si la tecnología reemplazará a los libros de texto está en el aire y cada uno apoya sus argumentos en cómo le gustaría que fuera el futuro.
Es un hecho que las TIC (Tecnologías de la Información y la Comunicación) están ya omnipresentes en todos los escenarios de nuestra vida. Por ello, desde el punto de vista de Manuel Area, experto en tecnología educativa, los colegios serán uno de los escasos escenarios de supervivencia del material impreso en la sociedad de la cultura digital. Defiende que “la escuela actual y del futuro tiene que ser un espacio social donde convivan y se apoyen mutuamente los libros con las tecnologías digitales, donde se forme el alumnado para que sea capaz de emplear indistintamente los recursos y saberes tanto de la cultura impresa como de la digital”.
Aunque la digitalización educativa se ha acelerado tras la irrupción de la pandemia, la mayoría de centros y familias han optado por el uso híbrido del libro de texto -analógico y digital- y a raíz del confinamiento, las empresas editoriales de libros y material de enseñanza liberaron millones de licencias gratuitas. Hoy prácticamente no hay un libro tradicional sin una licencia asociada que permita acceder a la pantalla.
Para el sector, los libros en papel siguen siendo primordiales en el sistema educativo. El argumento que expone la industria es que precisamente esa utilización del contenido de modo híbrido demuestra que la digitalización educativa no puede acabar con los libros de texto en papel.
Sin restar importancia al papel que la edición digital ha tenido durante el cierre de los colegios, los editores ponen de manifiesto el valioso servicio que los libros de texto en papel han prestado durante la pandemia, en la mayoría de los casos, siendo el elemento central y organizador del aprendizaje. Destacan además que a los docentes les han servido para ordenar sus propuestas e instrucciones a los alumnos, que han contado con el apoyo del libro, hasta el punto de que en muchos casos el libro en papel ha resultado ser más útil durante la enseñanza en línea que en la presencial.
“Es nocivo el totalitarismo pedagógico del libro de texto, pero también el uso único de las tecnologías digitales en las aulas”, dice Area, que apuesta por cultivar la cultura impresa y la digital. Dos experiencias distintas y complementarias: “Las pantallas ofrecen experiencias rápidas e hipertextuales de acceso a la información, pero son los libros los que permiten experiencias de lectura larga, pausada y reflexiva”.
El experto en tecnología educativa menciona que, para los educadores, lo relevante debería ser que los niños y las niñas obtengan muchas y variadas experiencias de aprendizaje con todos los medios y tecnologías de los que dispone nuestra sociedad. “Actividades como leer libros, usar enciclopedias y diccionarios, escribir textos, ver videos, buscar en bases digitales, elaborar archivos multimedia, ver y analizar productos televisivos, crear sitios web, comunicarse mediante email y foros… que sean valiosas cognitiva y emocionalmente”.
En medio de este debate sobre la desaparición de los libros de texto y su reemplazo por nuevos sistemas tecnológicos, los expertos en educación ponen el acento en la necesidad de plantearse formar adecuadamente al alumnado en ciudadanos cultos, críticos y preparados para afrontar las incertidumbres y características multimediáticas del siglo XXI, y aseguran que ello significa cambiar las formas de enseñar, así como replantear y redefinir qué significa educar para una cultura compleja.
Según Manuel Area, esta complejidad, es decir, la innovación educativa, pasa hoy en día por “dejar a un lado una metodología de enseñanza basada en el uso casi exclusivo de libros de texto y potenciar el aprendizaje de los estudiantes a través de proyectos de trabajo desarrollados tanto con las múltiples herramientas de internet como con los variados materiales de la biblioteca escolar”.
Así como hay padres, docentes y alumnos que piensan que la incorporación de las nuevas tecnologías y las tabletas en las aulas es un gran avance y que tiene que ver con el tiempo en el que viven los niños y adolescentes, otros opinan que hay que seguir promoviendo los libros de texto. Pero, como en todo, ambos soportes tienen sus ventajas y desventajas:
Uso de libros de texto en clase
Ventajas:
Se ha demostrado que en ellos se comprenden mejor los textos informativos y expositivos, no así en los narrativos (cuentos y novelas).
Ofrecen una organización espacial muy clara: se ve dónde empiezan y dónde acaban los contenidos, lo que permite ser conscientes de la magnitud de la información de trabajo.
Es distinto el cuidado en la edición que se pone en los formatos de papel.
Se puede tocar el papel, pero además, se puede subrayar, pintar, resaltar.
Es posible reutilizarlos y reciclarlos: regalarlos a hermanos pequeños o amigos, vender o hacer circular en programas de préstamo o intercambio.
Inconvenientes:
Cuando el conocimiento no puede ser más universal y abierto y su acceso más fácil, el libro de texto se antoja cerrado, inamovible e inflexible, que al poco tiempo queda obsoleto y es difícil de corregir cuando hay un error.
El peso de los libros de texto preocupa mucho a los padres. Las mochilas van repletas y muchas superan con creces el volumen recomendado por los médicos: no deben pesar más del 10% del peso corporal del niño.
Uso de dispositivos digitales en clase
Ventajas:
Facilitan el acceso a la información, con recursos atractivos y audiovisuales que complementan el aprendizaje y aumentan la motivación. Algunos estudios han concluido que ayudan a mejorar las capacidades de resolución de problemas.
Aligeran el peso de la mochila de los alumnos. Son fáciles de cargar y evitan que los niños carguen peso excesivo con las consiguientes repercusiones para su espalda.
Se puede trabajar en línea, corregir inmediatamente, aligeran el trabajo tanto para el alumno como para el docente y sirven de canal de comunicación, cooperación y coordinación de agendas.
Presentan la posibilidad de consultas rápidas en diccionarios, atlas, mapas o definiciones, recursos y servicios.
Inconvenientes:
La distracción que suponen los medios digitales es una de las desventajas en las que más coinciden los expertos, con casos de alumnos que abren aplicaciones ajenas a lo académico en clase.
Un estudio de la Universidad de Princeton demostró que los alumnos que toman notas con dispositivos digitales recuerdan y fijan menos conceptos, y sintetizan peor que los que lo hacen a mano.