Los niños y las niñas no son indiferentes al conflicto entre Rusia y Ucrania. Tienen más acceso a las noticias que nunca y muchos de ellos están preocupados. Otros solo hacen preguntas por curiosidad. En cualquier caso, los especialistas coinciden de forma unánime en la importancia de que nuestros hijos e hijas reciban respuestas veraces a sus preguntas y que obtengan información de acuerdo a su edad, además de comprender sus preocupaciones
El mundo entero, no solo Europa, tiene los ojos puestos en la invasión rusa a Ucrania. Las imágenes están por todos lados. Escenas que también incluyen niños y niñas ucranianos que escapan con sus familias de la guerra. Una población infantil que alcanza los 7.5 millones, que ha visto interrumpida su vida por el conflicto.
Los niños y niñas del resto del mundo, que de algún u otro modo se enteran o escuchan sobre esta guerra, son expuestos a la violencia del conflicto.
A través de las redes sociales y los medios en internet, los menores hoy tienen más acceso a las noticias que nunca. Es posible que no entiendan completamente lo que está sucediendo, pero son conscientes de que algo importante está pasando. Muchos tendrán preguntas sobre las imágenes, historias y conversaciones mostradas en las noticias y redes sociales o dudas sobre cómo el enfrentamiento afectará al resto del mundo. Piensan en otros niños que están pasando por esa situación tan difícil y se preguntan si a ellos les va a pasar lo mismo. Están nerviosos. Sienten miedo.
¿Cómo podemos los padres y las madres ayudar a nuestros hijos e hijas? ¿Cómo debemos abordar este tema con ellos? ¿Deben ver las noticias? ¿Qué y cómo contarles el conflicto?
Psicólogos y especialistas en inteligencia emocional coinciden en indicar que, sin importar su edad, es importante que reciban respuestas veraces a sus preguntas y comprender sus preocupaciones.
El camino no es ignorar; tampoco hacer como que nada ocurre, señala Karla Martínez, psicóloga infantil. “Puede ser una opción que alguien decida abstraer a los niños de lo que ocurre, pero no se puede hacer eso. Esta información absorbe a los niños. Ven las noticias. Escuchan cosas. Puede ser incluso un tema a discutir en el colegio o que los compañeros lo mencionen”.
Nos guste o no, se enteran de todo. Las niñas y niños no son indiferentes a lo que ocurre. Todo lo contrario, de acuerdo con los especialistas. Están informados y comprometidos con el mundo que les rodea. Desean a su vez estar informados y tener medios para expresar sus puntos de vista.
Además, se conmueven. El sentido de la empatía se empieza a desarrollar a los 6 o 7 años, explica la psicóloga María Ignacia León Altamirano, por lo que “es más que probable que si ven niños de su edad en las noticias o redes sociales se sientan súper identificados con ellos; entonces, hay que estar ahí para apoyarlos”, atender sus emociones y no minimizar con frases como “no pasa nada” o “no te preocupes”.
“Muchos niños se angustian -agrega León Altamirano- y está demás decir que no es necesario exponerlos a imágenes; eso no aporta nada. Antes era más fácil no exponerlos a las noticias, hoy en redes sociales se ve mucho.Ojalá no se expongan, pero si ya lo hicieron hay que hablar de ello, no evadir”.
En este punto coincide la psicóloga especialista en inteligencia emocional Sonia Martínez Lomas, quien considera fundamental que los menores no vean imágenes de guerra y lo ideal, a su juicio, es que los niños puedan entender lo que está pasando al nivel que ellos pueden comprender. “Las noticias de la televisión no son para los niños. Un adulto sí lo puede entender muy bien y el contexto, pero un niño no puede comprender una bomba en otro país. Va a sentir muchísimo miedo; aunque puede ocurrir en cualquier parte del mundo, cuando un niño ve que le está pasando algo a otro niño siente mucha empatía, mucho enojo y frustración”, subraya.
Por eso insiste en la importancia de que se lo contemos nosotros, los padres, y que nuestros hijos e hijas estén informados: “Sí conviene hablarlo con ellos porque si no se van a enterar por otro lado y cuando tú tienes la confianza de poder preguntar a tus padres y que estos te cuenten lo que pasa, te da seguridad. No tener la información suficiente genera mucha incertidumbre, entonces, es bueno hablar con ellos de lo que está pasando, saber qué creen ellos que es una guerra, preguntarles qué es lo que piensan que pasa y después explicarles lo que está sucediendo en función de su edad y de la información con la que ya cuentan”.
León Altamirano hace hincapié en la importancia de “explicar lo que está pasando porque los niños pueden rellenar con fantasías lo que ellos no entienden, lo que no saben o lo que no se les explicó. Muchas veces esas fantasías pueden ser peor que la realidad por todo lo que ven en las películas o por el poder de la imaginación”.
¿Cómo hablar del tema?
La recomendación es similar a cuando se trabaja cualquier cuestión sensible y qué decir depende de la madurez y etapa vital. “Cuanto más pequeños, más precisos, concretos y claros con la información que se entregue. En el caso de los más grandes o adolescentes se puede complejizar la información”, explica Karla Martínez sobre el proceso, que debe incluir frases breves y sencillas de entender.
Si tus hijos hacen preguntas, puede que no sea porque están inquietos o asustados. “Muchos chicos solo hacen preguntas por curiosidad”, dice Emily W. King, psicóloga infantil. En este caso, asegura que lo que hay que hacer es intentar responderlas con calma y precisión, sin alterarse.
Si lo que te preocupa es que tus hijos adolescentes y preadolescentes no parecen interesarse por lo que sucede, eso también está bien, según Robyn Silverman, especialista en desarrollo infantil y adolescente. “No tienes que insistir”, señala, aunque sí sugiere que los padres al menos zanjen el tema (tal vez preguntando a sus hijos qué han oído del conflicto) y se aseguren de que sepan un poquito sobre lo que está pasando. “Puedes decir: ‘mira, yo entiendo que en este momento no te interese. Pero si sí, por favor acude a mí”.
Sobre lo que los chicos pueden haber escuchado de sus amigos o si se informan en las redes sociales llegando a ver memes preocupantes en Instagram o en TikTok, Silverman aconseja guiarlos hacia fuentes confiables de información y noticias.
Lo más importante es que nuestros hijos se sientan seguros. “Nuestro papel principal, siempre que un niño se siente preocupado o ansioso sobre algo que pasa en el mundo, es ayudarle a sentirse escuchado y seguro”, dice Silverman.
Carla Martinez, por su parte, concluye que si se busca formar niñas y niños responsables, empáticos, que puedan vivir en una comunidad global, no es posible que no participen en un evento de tanto impacto: “Esta guerra puede tener consecuencias económicas, políticas, que quizás no las veremos explícitamente, pero es una situación que ocurre en el mundo y que hay que abordar. No se trata de angustiarlos, pero no se puede hacer como que no pasa nada”.
Otra recomendación de Sonia Martínez Lomas para abordar esta situación desde casa es contar a los niños que podemos hacer cosas para ayudar a las personas que están en guerra. Resalta que si los menores sienten que no pueden hacer nada, igual que nosotros, sienten mucho enojo. “Hay que decirles que todos podemos hacer algo para resolverlo, que pueden llevarse bien con amigos, compartir, aprender a llegar a acuerdos, que pueden ser generosos y ver en el recreo si hay algún niño al que le pasa algo o que necesita algo, ayudar a quien no sabe resolver el conflicto o si están peleando, escribir una carta a los niños de Ucrania…”.
Esta psicóloga aprovecha para lanzar el mensaje a las familias y a los profesores, así como a todos los que se dedican a la educación, de que la mejor manera de evitar las guerras es enseñar a los niños a cooperar, a ser solidarios, a ser generosos, a tener empatía y preocuparse por los demás, “y que sea más importante compartir que tener tu juguete o preocuparte si alguien necesita tu ayuda antes estar jugando tú con tu juguete”.