Con la pandemia aún bien presente, el aprendizaje combinado y remoto parece que será parte del panorama educativo en todo el mundo durante un tiempo considerable. Y aunque en esta modalidad de educación a distancia provocada por el COVID-19 los docentes han percibido niveles deseables de planeación y concreción, los estudiantes aún requieren un proceso de adaptación para estudiar y aprender de manera remota.
Es lo que revela el proyecto de investigación interdisciplinario e interinstitucional coordinado por la Universidad Iberoamericana de la Ciudad de México Educar en contingencia. Hallazgos y retos en educación básica, que destaca entre las principales preocupaciones de los estudiantes para el siguiente ciclo escolar reprobar, la pérdida de aprendizajes escolares o tener que abandonar el colegio.
Desde el punto de vista cuantitativo, los resultados de esta investigación señalan que el 80% de los alumnos a los que se les aplicó un cuestionario espejo reveló que su mayor inquietud era pasar al siguiente nivel o grado sin haber aprendido lo suficiente; el 37% que tuviera que poner más atención en sus clases y el 27% que se viera obligado a abandonar la escuela.
En el caso de los profesores, sus preocupaciones fundamentales tienen que ver con que los estudiantes lleguen en condiciones académicas desiguales (78%), la regularización de los aprendizajes (57%) y que los alumnos no regresen a clases o deserten (42%).
De acuerdo con el estudio, los retos aquí tienen que ver con la participación individual y colaborativa en los procesos de reflexión. En este sentido, se hace hincapié en la importancia de entender la reflexión como un proceso que se gestiona por el docente, las familias y los estudiantes, pero que no se queda en el pensar, sino también en el actuar, como parte de esos procesos de cambio y transformación educativa.
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