Sabías que en el planeta habitan 3,712 millones de mujeres (el equivalente a el 49,5% de la población mundial) y solamente el 49% de ellas trabajan.
De acuerdo al Instituto Nacional de las Mujeres (INMUJERES), la población asalariada en México es de aproximadamente 26 millones personas, de las cuáles solamente 9 millones son mujeres.
Históricamente ha sido más difícil para la mujer encontrar un trabajo, su rol en la sociedad ha sido limitado por la falta de oportunidades y su aceptación en la fuerza laboral, resaltando entre diferentes factores, los salarios y los puestos a los que puede aspirar, por ejemplo, solamente en México el 25% de los puestos gerenciales son ocupados por mujeres, mientras que la cifra se dispara en cuanto a trabajo doméstico se refiere, contando más de 260 mil hombres en comparación a los más de 2 millones de mujeres que realizan este tipo de labores.
En cuanto a la educación, en la formación básica predomina la fuerza laboral femenina, rebasando en un 45% a los hombres, sin embargo a lo largo de la trayectoria escolar dicha cifra se va reduciendo hasta el bachillerato, donde existen más docentes varones; existen diversas razones, sin embargo al avanzar a grados superiores el nivel de especialización en diferentes áreas es un requerimiento obligatorio y de acuerdo a las estadísticas, existen más hombres con preparación profesional, por ello conforme avanzan los grados escolares nos encontraremos con más docentes hombres.
A pesar de que la educación sea la misma la aspiración laboral gira más en torno al rol de género, la tradición juega un factor muy importante por ejemplo, de cada 10 profesionales en la enfermería, nueve son mujeres. La normativa social ha permanecido casi intacta y muchas de las mujeres que deciden prepararse profesionalmente lo hacen más con base en las carreras que son socialmente aceptadas para ellas.
De acuerdo a empresas especializadas en tecnología, las puertas hacia las mujeres están abiertas, sin embargo su participación es casi nula, esto nos hace preguntarnos, ¿por qué?
La respuesta es un poco más compleja pero se puede resumir a lo siguiente: además de que solo un reducido número de la población en general se prepara a un nivel profesional, la aspiración de un gran número de mujeres está dirigida a otras carreras.
La educación juega un rol indispensable desde la casa hasta la escuela, los padres de familia somos responsables de generar en nuestras hijas la curiosidad y la necesidad de formarse y desarrollarse profesionalmente, para eso necesitamos romper los paradigmas que nos rigen, esto nos ayudará a garantizar un futuro más brillante para todos, en el que puedan aspirar a mejores y más diversos puestos, donde exista la armonía, el respeto y la equidad.
Si analizamos a fondo, uno de nuestros más grandes deseos es que nuestros hijos sean financieramente autónomos y felices, para ello nuestra metodología ofrece una serie programas diseñados para cubrir las necesidades de cada colegio, orientados al desarrollo integral de nuestros hijos.
Ayudamos a garantizar las condiciones de seguridad, dignidad y equidad en ambientes que propician la colaboración, el respeto y la autonomía, además de que promovemos y desarrollamos las competencias que necesitan para enfrentarse a los desafíos que la vida les depara.
El camino a la desaparición de la brecha de género es largo, te invitamos a dar el primer paso conociendo más sobre nuestra propuesta educativa.
Happy to learn.